Chile: Terremoto y Solidaridad

El sismo en Chile causó graves y evidentes problemas en el servicio eléctrico, la provisión de agua potable, las carreteras y el sistema de telecomunicación. Otros daños, no tan visibles, preocupan a los habitantes de las ciudades más afectada. Me refiero a los daños estructurales en edificios, departamentos y casas de los que se ignora si podrán resistir a las réplicas constantes del terremoto que no cesan, si bien disminuyen progresivamente en duración e intensidad.

Junto al Pánico llegó también la Solidaridad.

Por un lado la solidaridad de la Comunidad Internacional expresada en diversos mensajes presidenciales de paises del mundo entero que se hicieron presentes a lo largo del sábado ofreciendo colaboración y ayuda. Extendida tecnológicamente en las distintas redes sociales de la web y buscadores de internet (al respecto es interesante leer "Terremoto en Chile: Twitter te informa, Google te ayuda a encontrar gente, Facebook ayuda")

Por el otro la solidaridad silenciosa, mucho mas efectiva en el momento concreto, de cantidad de personas que ante el desastre natural compartido encontraron la razón para darse una mano mutua expresada en gestos simples.

Quienes no se conocían minutos antes de temblor que les sacudió la vida, se encontraron abrazados en el palier de un edificio consolándose mutuamente, o en alguna calle en medio de cables caídos y pavimento levantado, compartiendo frazadas o colchones en diversas plazas, ofreciendo manos en el rescate de gente atrapada entre los escombros, o abriendo sus casas para que otros pasaran la noche.

Esta madrugada los mas serenos calmaban a quienes estaban en estado de shock nervioso con abrazos sanadores y palabras tranquilizantes, el compartir la experiencia a través del relato relajaba a muchos que lentamente iban recobrando la calma.

Sin agua -o con el agua fría color marrón que salía de algunas canillas-, sin luz ni medios de transporte, con las comunicaciones nulas o dificultosas, toda ayuda es bienvenida.

Las catástrofes naturales tienen esa particularidad. Avivan la llama solidaria y nos recuerdan que frente a lo inconmensurable todos estamos en la misma situación de desprotección y vulnerabilidad.