Culebrón sentimental

El domingo fue el último capitulo de "Historia de Pasiones en la Fórmula Uno", que con éxito mundial de audiencia vienen interpretando "los Ferrari" contra "los McLaren" y el resto del mundo.

Cierre sorprendente de odios velados y manifiestos, competencias personales y profesionales, espionajes varios y mafias al descubierto en Interlagos, Brasil.

Este duelo de antagonismos y alianzas de último momento permitieron que Kimi -y su abuelita- se llevaran la Copa con lo que fue la sexta victoria del año para Raikko y su primer título mundial.
Las últimas escenas del culebrón sentimental fueron apasionantes. El británico Lewis Hamilton ya era prácticamente campeón aún cuando no ganara la carrera. Todo lo que tenía que hacer era manejar tranquilo y llegar hasta el quinto lugar convirtiéndose así en el primer corredor novato que, con sólo 22 años, ganaba un titulo mundial en el año de su estreno como corredor de F1.
Lo arruinó su ambición y la rivalidad que tiene contra su compañero de equipo. La cosa venía de esta manera en la largada: Lewis Hamilton partía segundo, detrás de Massa. Iniciada la largada lo pasó Kimi, quien a su vez intentó superar a su compañero de Ferrari, Massa en la primera curva del lado izquierdo. Como no pudo la jugó tranquilo y se metió detrás de él.

La maniobra sorprendió a Lewis Hamilton que se vio taponado por Kimi. Así las cosas adelantó Alonso por afuera. ¡Para qué! La bronca cegó al inglés, lo había pasado al toque "el españolito" (lo despreció todo el campeonato) y ni bien notó este avance del asturiano se propuso evitarlo. Resultado: se fue de pista. Firmó con grava su sentencia de muerte súbita profesional. Intentando ganar la posición a costa de su compañero descendió al octavo puesto. La caricatura perfecta de su comportamiento a lo largo de toda esta temporada. El ya casi consagrado campeón se comportó tan estúpidamente que se salió a la grava, dañó su coche y tiró con todo el esfuerzo sostenido por más de siete meses. Se olvidó que cuarto, aún detrás de Fernando Alonso, ganaba el título.

Luego por la ley de la atracción tuvo otro percance más adelante, un bloqueo estraño en la caja de cambios o algo así, lo que lo dejó muy detrás a pesar de que le fue posible recuperarse luego. No alcanzó. Alonso, también con extraños problemas en su auto logró llegar cuarto. Venganza perfecta contra su coequiper y la escudería que tanto lo maltrató la segunda mitad del campeonato.

Como contrapuesto en el equipo Ferrari se vivía lo opuesto. Massa había liderado toda la carrera y merecía el primer puesto dentro de su país, sin lugar a dudas. Aminorar en plena pista y dejar pasar a Kimi era demasiado ostensible, sujeto a posibles sanciones y no tan noble como lo que se le sugirió desde la Base.

Por ello y a unas pocas vueltas del final Massa se detuvo en boxes, Kimi Raikkonen lo hizo tres giros más tarde, pudiendo dejarle al finlandés la posibilidad de que regresara por décimas de segundo como lider de la carrera. Felipe Massa cedió así a Kimi el primer puesto. Alonso se quedó con el tercero.


¿Lewis Hamilton? Allí anda, todavía protestando y culpando a otros de todo lo que le sucede. Lo hizo todo el campeonato cada vez que tuvo algún inconveniente. Comiéndose la bronca de su propia torpeza. Buscando recursos que lo acerquen al título que perdió por mal bicho.
¿Lewis Hamilton? Caminando con su padre al lado que no para de hablarle (a mi ya me intriga, ¿qué le dirá?) y con el patrón del equipo McLaren Ron Dennis, que según cuentan lo protege al mismo tiempo que se mete con su vida privada (debilidad denunciada por Kimi en alguna oportunidad)
¿Lewis Hamilton? Preguntándose todavía por qué en la octava quedó como suspendido sin poder por unos segundos accionar su auto, mientras intenta la salida junto a su escudería por el lado de la exclusión de otros pilotos.

¿Hamilton? Reclamando su victoria por via administrativa ante la pérdida en pista. Denunciando a través de su escudería a Rosberg (Williams), Kubica y Heidfeld (BMW) de utilizar gasolina congelada, prohibido por el reglamento.

Intentando la apelación ya que la Federación Internacional del Automóvil desestimó el pedido por la noche. Que de todos modos nadie duda que terminará siendo campeón, posiblemente el año que viene, porque garra, ganas y talento no le faltan. El don de gente es otra cosa.
"La única razón por la que no ganamos el Campeonato del Mundo fue un problema en la caja de cambios," aseguró Dennis.

Disculpame Ron, pero... ¿Estás seguro?

(Apostillas de placer: Parece que en Londres se vivió la derrota de Hamilton como "La tercera patada en el estómago de los aficionados ingleses al deporte", apuntó The Times. El periódico sumaba a ésta la derrota de Inglaterra en fútbol frente a Rusia y contra Sudáfrica en el Mundial de Rugby. Pobres! ¿No?)