Calamaro Brutal

Ahora lo llaman Estadio Pepsi Music, y otros prefiern ignorar la multinacional y se refieren al Club Ciudad, pero para todos los que estuvimos convocados por Andrés Calamaro y Ariel Rot este fin de semana, este mítico lugar que saltaba, aplaudía y se caía de emoción con el mas puro rock and roll de Los Rodriguez (a medias) era el tradicional Obras, albergue por excelencia del rock nacional desde que yo tengo memoria.

Y sin embargo anoche junto a mi hijo de nueve años me animé a pisarlo por primera vez. Al escribirlo se me llenan los ojos de lágrimas. Tanto respeto reverencial y temor de gentío me provocaba que siempre le esquivé con cualquier excusa. Le tenía miedo.

He perdido tantas cosas en los últimos dos años que de los pocos miedos que me quedan éste no está más en la lista.
Fue fabuloso.

Foto: Soledad Aznarez (La Nación)
Estacionábamos el auto cuando empezaba "Canal 69", mis tres tigres y yo veníamos siguiendo la previa de "Los Tipitos" en la radio, o sea que llegamos justísimo para empezar a correr.

"El salmón" nos acompañó de fondo mientras apurábamos por Avenida Libertador. La entrada y la estampida final fue al ritmo de la "Milonga del marinero y el capitán". Bailando.

Mis chicos más grande se lanzaron de lleno al escenario y yo me quedé atrás con Marcos para ver cómo era el lugar, lo fui bordeando despacito hasta "hacerme amiga", mientras bailábamos y cantábamos con millares de personas (leí hoy algo de ¡¡25.000 almas!!) al ritmo de "Ahora piden tu cabeza".

Me detuve en punto muerto cuando empezó "Crímenes perfectos", convocados en la voz de Calamaro "los asuntos pendientes volvieron". Emoción compartida por todo ese campo abierto cantando en la noche "todo lo que termina, termina mal poco a poco, y si no termina, se contamina mal y eso se cubre de polvo..." (Yo sí soy "de la quinta que vió el Mundial 78 y me tocó crecer viendo a mi alrededor paranoia y dolor," curioso día para recordar aquello...).

"Si alguna vez no me vuelves a ver porque a mi como a todos se me olvida, algo va a quedar adentro tuyo siempre, algo que yo te dejé alguna vez..." fue la propuesta que vino a continuación, y por si acaso no alcanzaba para llegar hasta lo más profundo de cada uno se internó en "Dulce Condena" casi sin detenerse. Aquí el cielo mismo se puso a llorar, primero finito y luego con toda la fuerza de la suma de las sensaciones de tantos seres moviéndose con lo poco que quedaba entero en el corazón.

Esto último lo filmé, como pude, mientras cantaba, saltaba y me mojaba, porque ya había decidido ir hacia adelante donde no iba a tener la posibilidad de moverme con tanta libertad.

La calidad del video no es evaluable, pero es un buen muestreo TODO UN ESTADIO al aire libre acompañando, Andrés que cuando amenza terminar recomienza con mayor fuerza, la lluvia desatándose gradual, el escenario, las luces, las pantallas gigantes y los monstruos reflejados en ellas, en fin... lo único que no puedo adjuntar es el olor característico que cada uno puede imaginar (o recrear según el caso).

"Mundo de ayer" y "Elvis está vivo" fue bajo la lluvia, sin pausa. Se prolongó con temas como "Me arde", "Engánchate conmigo", "Corazón en venta" y "Mi enfermedad".

En este punto un breve intervalo técnico para poner a resguardo los equipos me sirvió para bordear un costado y enseñarle a Marcos cómo se avanzaba en pleno recital hacia adelante. Luego, mucho más cerca del escenario, me lo subí sobre los hombros para que pudiera bailar y cantar, bajándolo de vez en cuando para descansar un poco.

Nunca paramos de movernos o cantar una vez reiniciado el show que atacó con todo un popurrí de rock argentino del mejor, un momento único especialmente para los más viejitos como yo, donde por única vez diferencié bien dos grupos mayoritarios: los que cantaban agradecidos por el recuerdo mientras fumaban y por el otro los que se movían silenciosos (¿no conocían los temas mas antiguos?) oliendo fuertemente a alcohol. Dos generaciones bien marcadas.

"Entre nomeolvides" empezó "Flaca" para unificar nuevamente a todos los que fuimos. Sobre mis hombros la voz del más chiquito de mis tigres me indicó que el tema le pertenecía más a él que a mí.

Un show sin espacios en blanco con "Te quiero igual", "Para no olvidar", "Días distintos" bramó ni bien empezaron los dos primeros acordes de "Me estás atrapando otra vez". La tierra temblaba, les juro, cuando sonó a continuación "Sin documentos" y fue conmovedor el final que se extendió desde "Buena suerte", "Mucho mejor" hasta "Paloma".

Pasó como un suspiro, todo lo que yo pueda contar no alcanzará nunca, por eso les dejo el link de la Rollings (http://www.rollingstonela.com/musica/) que lo hace mejor.

Estoy segura que muchos van a entender lo que me pasó a mí anoche que no me pude dormir hasta entrada la madrugada.
Posiblemente fue por tanto calor que hizo.

En el alma...