Entre Amadeus y La Dolfina

El domingo 3 de diciembre Amadeus 103.7 clausuró el Año Mozart Internacional con la III Edición de su tradicional concierto “A Cielo Abierto”, frente al Monumento de los Españoles, en la intersección de Av. Sarmiento y Av. del Libertador, en los bosques de Palermo. Fue un gran espectáculo de música clásica, con acceso libre y gratuito, con más de 100 artistas en escena, los integrantes de La Filarmónica y el Coro Nacional de Jóvenes.

Un poco más allá, en Avenida del Libertador y Dorrego se definían los finalistas de la 113ª. Edición del Campeonato Argentino abierto de Polo, en el cual La Dolfina, (Adolfo Cambiaso) vencía a El Paraíso por 16 a 14 mientras que Indios Chapaleufú I, derrotaba a Ellerstina por 18 a 17 en un emocionante partido. (La definición final el sábado próximo).
O sea.Aproximadamente 140.000 personas en un sitio para Infobae y unas 15.000 en el otro para La Nación. Hubo un horario en el día de ayer en el que cruzar Buenos Aires fue una tortura.

Mi sobrina –mi princesita, mi niña, mi pequeña mariposa de colores- cumplía sus cuatro añitos y yo intentaba llegar a Palermo Viejo para darle un beso, cortar la velita, jugar juntas y todo eso que hacen las princesas cuando se reúnen en Palacio.

Esto sucedía a las cinco de la tarde.
¡Pero a las ocho y media fue peor!

Ambos acontecimientos terminaron en horarios similares y transitar zonas aledañas fue por momentos utópico. La esquina de Juan B. Justo y Libertador me atrapó unos veinte minutos. Peor estaba la ambulancia con el enfermo dentro que no podía ni avanzar ni retroceder.

Yo no tenía apuro, y hasta miraba relajada los fuegos artificiales que explotaban en mi espejito retrovisor... pero por las bocinas me parece que a los otros autos, colectivos y demás no les pasaba lo mismo.Me pregunto:
¿Era necesario que todo ocurriera el mismo día y en el mismo horario?
¿Estas cosas no podrían planificarse de otra manera?
¿Para esto también se necesita “voluntad política”?