Séptimo día

"Buenos Aires tiene un río,
que la acuna, que la besa,
sino fuera así, ay qué gran tristeza",
dice Eladia Blázquez

Séptimo día. Segundo de Agosto. Sol tibio nadando en el Río de la Plata. Andrés estudia mientras yo leo de los diarios hasta las propagandas. Cafe con leche, tostadas, medialunas y Jugo de pomelo. Cada tanto nos perdemos charlando. Es nuestro vicio.

Estamos en Séptimo. Las parejas de la mañana van dejando paso a las familias del mediodía. Almuerzo en continuado. El calorcito es mas sentador ahora. Pedimos los platos. Precios lógicos. Buena atención. El lugar se llena de historias.

Ahora yo escribo pavadas en una libreta y Andy resuelve problemas. Mañana comenzarán las clases en Buenos Aires. Pero eso será mañana. Ahora el río se puebla de velas, tablas, embarcaciones y un pequeño artefacto que sobrevuela la costa impulsado por un ruidoso motor.

Como gatos nos movemos hacia donde el sol pega más. El viento de la tarde se va levantando. Y es frío. Gélido. Lo ignoramos. Tiempo de café. Apostamos por un rato más. Música en el ipod. Algunas revistas.
Habrá un fin en algún momento en que recogeremos todo para volver a casa. Pero ha quedado como si fuera una pintura del tiempo este momento eterno de sol de agosto.
En su historia. Y en la mía. .