Bello Abril

Nos pasan tantas cosas en la vida, que si aparece el sol hay que dejarlo pasar... Abril, otra vez, para que no tengamos soledad. Y las violetas que coronan tu tristeza y las guirnaldas de tu inmensa soledad sos tan hermosa que jamás vas a dejar de brillar así aquí o allá... Sos parecida a los planetas que se mueven por ahí que no podés parar ya nunca de girar... Para que no tengamos soledad... para que no tengamos nunca más soledad... Fito Paez.

Mi foto
Nombre: Abril Lech
Ubicación: Buenos Aires, Argentina

viernes, octubre 24, 2008

Francisco José, una chica Almodóvar


Me parece injusto que el olor a jazmines me rodee mientras escribo estas frases sueltas. Tal vez debiera llevarle algunos, ya que lo nuestro quedó inconcluso. En esta época en que los tilos compiten por la atención de casi todas las narices apuradas era posible vernos pasear del brazo por algún barrio de Buenos Aires fingiéndonos pareja.

A pedido mío, desde luego. Me lucía con aquel hermoso hombre de profundos ojos azules. Lo mejor de su herencia gallega. Estético y meticuloso era quien daba el tono a los rojos de mi cabello, desde la primera vez que elegí para Abril borgoñas, escarlatas, púrpuras, carmesí o granatas, según el mes del año. Ni yo era Sissi, ni él aquel emperador astrohúngaro, pero compartíamos un pequeño mundo que para nosotros valía como un imperio.

Como jugando hablábamos en un español exagerado, de película postfranquista ya fuera por teléfono o sentados en el living de su casa frente a un tibio capuchino. Un PH coqueto con paredes de colores intensos, con carácter y extendido. Hasta en el patio. Nos instalábamos frente a la puerta ventana, en un inmaculado sillón blanco mirando hacia afuera. Tiempo de protesta.

- ¡Lástima la vecina! ¡No hay caso! Pues fíjate qué maldad. Dejarme a la vista ese pedazo de paredón gris sucio, sabiendo el daño que me hace. Le he dicho. NO una. Cientos de veces. Nada. Como si escuchara llover. Como el Sí de tu ex. "Si pero no". Nada. ¿Te conté que finalmente le dí la tintura para que se tiñera las canas y no me llamara más? Que para mi es todo un compromiso, ¡Qué cuando le agarraba cada mechón se me venía a la cabeza todo lo que te hizo y...! Se me hace que ése debe creer que tú y yo no hablamos nada de nada, ¿verdad? Luego se sienta allí y se pone a cotillear por teléfono con todos sus amigotes, ¿Me ha visto cara de sordo? ¡Discreto sí!, ¡Sordo no!

Era cierto. Las confidencias entre nosotros se multiplicaban. Hablábamos particularmente de hombres y sus intimidades en la cama o fuera de ella. Muchas tardes mientras él me hacía el color yo lloraba sin consuelo frente al espejo. Una de esas tantas lo vi apurado, mirando el reloj sin cesar. Casi llegando a las tres terminó en forma abrupta: -Se acabó. Nos esperan. A llorar a la iglesia. O al cine. Te tengo una sorpresa. Un mimo.

Era el estreno de "Volver" y había sacado entradas para mí. Fuimos con otra amiga. La hora de la siesta, porque a esa hora "va la gente que le gusta verdaderamente el cine, ni parejitas conociéndose, ni chicos molestos, ni animales abriendo ruidosos paquetes de pastillas".

Él decía que yo era una chica Almodóvar, que algún día Pedro iba a descubrir dónde se escondía su Victoria Abril argentina. En realidad la chica Almodóvar era precisamente él. Una chica particularísima, sin comparación, tan culta como exagerada. Nos lloramos la vida aquella tarde los tres. Sentadas una a cada lado intentábamos bajar el tono de sus sollozos. Creo que gimió hasta cuando todos nos reíamos.

A partir de aquella tarde invariablemente nuestras charlas telefónicas terminaban con la frase que Carmen (Maura) le dice a su hija hacia el final de la película “
Entre nosotras nos apañamos”. La vió unas veintidós veces más recitando diálogos enteros de memoria.

Nunca conocí a nadie que supiera y recordara tanto de cine español. Yo llegaba a su casa con unas imágenes vistas al azar en la red, en fotos, comentarios, datos sueltos. Él me escuchaba, luego iba hasta su videoteca (las películas se las mandaba un amigo desde España antes del estreno en Argentina) y me entregaba la cinta de la película cuyo nombre yo ignoraba.

Apenas con una imagen podía decirme todos las intimidades del film, lo que se veía en la pantalla y el backstage que averiguaba o inventaba para mi. No se. Pero me hipnotizaba con su relato. Por eso una de las últimas veces le propuse que diéramos charlas de cine español: o sea, él daba la charla y yo cobraba asistiéndole en todo. :-)


No fue. Le tenía terror a las largas agonías. Decía que si él llegara a sufrir alguna vez una enfermedad terminal -nunca la nombraba - no la llevaría por meses como su madre. Se tiraría del edificio más alto de la ciudad, antes que lo consumiera en vida. No la tuvo. El cáncer de hígado, que creímos gastritis en un principio, se lo llevó en menos de tres meses. La foto del post fue la última, el 18 de Abril. Ya estaba perdiendo el cabello y el peso.

Queda en mi poder -herencia no buscada- la última película que me prestó ése día, sin imaginar que no tendría retorno. - "Tienes que verla. Ya se de tu tema con Luppi, que no te gusta y todo eso. También soy consciente que la cinta tiene sus años, en fin, da igual. Quiero que pongas tu atención en esa maravillosa relación que construyen la suegra y la nuera, imperdible"- me dijo cuando me la entregó.

Sostengo la caja en mis manos y sonrío a medias. Extraña paradoja: nunca un título fue tan mendaz. Desde la tapa una asustada Victoria Abril sostiene temblorosa un arma entre las manos al tiempo que Pilar Bardem asegura con dureza en el título "Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto".

Pero no es cierto.

(Y su partida me ha dolido en el alma...)

Etiquetas: , , , ,

16 Comments:

Anonymous Anónimo said...

me has hecho recordar a alguien querido que murió de eso mismo

lo siento y estoy contigo

s

7:14 a.m.  
Blogger Irantzu said...

Precioso.

11:38 a.m.  
Blogger fgiucich said...

Hace tiempo que te leo (dos años, quizás?)y no creo recordar una crónica tan bella cómo esta. Bella hasta la emoción más intensa. Triste por la partida de un amigo ( de esos que rompieron el molde)y dulce como son, en el fondo, las amistades verdaderas. Abrazos.

4:47 p.m.  
Blogger Unknown said...

Uff... ay, Abril, me agarraste al final y es como si yo me hubiera tirado desde un edificio justo cuando empezaba a conocerlo de tu mano y tus palabras. Lo siento mucho. Qué hermosa amistad. Qué tesoro.
Precioso homenaje le hacés aquí.
Estás monísima en la foto.

Bello post, sentido y lleno de luces y frutos rojos.

Un beso grandote.

Buen fin de semana para vos y los tigres.

7:12 p.m.  
Blogger LaLoadeR said...

Si es dicfícil olvidar una película, menos se puede olvidar una historia como la tuya...

Bss...

7:34 p.m.  
Blogger  said...

triste...demasiado para los días lluviosos.
te abrazo

9:07 p.m.  
Blogger Clarice Baricco said...

Maravillosas letras para una amistad que vale. Te ha dejado mucho historia, muchos recuerdos, mucha enseñanza.
Ahí está contigo.
Conmovedor recuerdo en tu texto.

Abrazos.

5:14 a.m.  
Blogger MAR said...

PRECIOSO POST...ME QUEDO SIN SABER QUE DECIR...PERO MI CORAZON SIENTE Y EMPATIZA CONTIGO.
Besos para ti y mi compañía.
mar

7:04 p.m.  
Blogger PIER said...

Y pensar que es domingo... y estoy aque leyendo este escrito tan hermoso..
Se me ha nublado un poco a la vista con ese final...
ho.. para morir de amor..
sii..

abrazos.

9:04 p.m.  
Blogger jose fá said...

Un abrazo.

2:06 p.m.  
Blogger Sergio said...

Es difícil perder un amigo, cuando es amigo del alma yo perdí hace 4 años a la mejor de mis amigas, todo una vida con ella y se me fue, los amigos son insustituibles, tendrás más pero nunca uno igual que otro.

Saludos

4:44 p.m.  
Blogger Grace said...

"Es que me has puesto la piel de gallina, mujer"
Gracias, Abril, por contarnos la vida de esta manera. Me pareció maravilloso, la forma de describirlo y de contar sus pasos.
Acabo de ller varios post, ya que estuve ausente por un tiempo largo, por cosas que ya te enteraras. Y, siempre hay algo nuevo, distinto, divertido, emotivo.
Hice mi comentario en éste porque habla el alma y cuando ella se expresa, hay que acariciarla.
Como muchas veces lo dije: te quiero mucho.
Y, andá a saber por qué razón, te siento muy cerca.

6:50 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Me conmovió su bello post!!!
Es muy fuerte Avril...
tanto,
como el abrazo que le dejo!


Adal

...no me sale nada.

12:16 a.m.  
Blogger A. M. Vermon said...

no se si mi comentario llegó, sinó lo repito mas o menos.

una joya este post.

esta enfermedad un castigo, cada vez mas diseminada, me pregunto que es la contaminación, el stress, los alimentos???

la ausencia de los seres queridos no resisten análisis ni justificaciones, hay cosas que no se entienden y solo queda el dolor que se debe transmutar con amor, inteligencia y ahinco.

1:39 p.m.  
Blogger Abril Lech said...

* Amor: los diluye en tan poco tiempo!

* Irantzu: Gracias.

* Fer: Si, verdaderamente...

* Max: Gracias por el cumplido. Rojos y naranjas pueblan el post, es verdad.

* Ferret: Gracias

* Enredada: Triste, como todas las pérdidas...

* Clarice: Hay amistades que nos dejan fortunas. Era una de ellas.

* Mar: Gracias por la empatía.

8:54 p.m.  
Blogger Alyxandria Faderland said...

¿Es aqui Abril? Veo que compartimos algo: el color del pelo. Y que nos gustan los gatos!!! la mia ya me destrozo dos teclados y este anda como la .... mona Gimenez?
No se si hablaran de mi cuando haya muerto, lo importante es que lo hagan ahora: algunos dicen que soy tonta de remate, otros una genia, y lo mas importante, mi gata me ama y supongo que algun ser superior tambien dado que aun estoy aqui. que mas da! Ladran, señal que cabalgamos.

12:59 a.m.  

Publicar un comentario

<< Home