Seguimos jugando
porque todavía seguimos jugando...)
Tan simple como quedarse toda la mañana del día feriado en la cama, tomando café caliente y pan tostado con miel, mientras pasan las imágenes de una peli que por solo $ 8.- compré en la estación de tren y servirá para mi próximo proyecto.
Ya se. No estoy. Me escriben, me llaman y me preguntan. Mi Blog y mis plantas en abandono. Que no es tal, apenas una pausa. Merecida. Hoy ya las atendí a las pobres, la mitad en terapia intensiva. La dueña en cambio mejor que nunca. Marcos y yo nos fuimos a Disney, en Orlando (prometo post con tips, descuentos y otras ventajas), un deseo que veníamos construyendo pero que no encontraba nunca el espacio ni los fondos.
Jugamos tanto durante diez días que desde que volvimos no puedo abandonar a mi niña mágica que con total desparpajo se sienta feliz a comer pan con miel, llenando la cama de migas que a nadie molestan, y mirando la tele.
Mientras escribe en un cuaderno lleno de brillitos todo lo que guardaba en su corazón, se pregunta por qué estuvo tanto tiempo enganchada en los juegos tramposos de seres grises mitómanos, depresivos y adictos que solo provocan decepciones, confusión o tristeza.
Convocados en insólita Junta Recreativa mis peluches (Dora incluída, compañera inseparable en la aventura a Disney) observan a mi lado cómo escribo sin parar en papel blanco -la tecnología demora mis ideas- que se llena de garabatos de todos colores, lo primero que encuentro con tinta sirve a los fines.
Alguien me dijo alguna vez que del dolor se aprende. En estos días supe que del juego se aprende más. Como el día aquel de Fantasyland, en Magic Kingdom, Marcos y yo volábamos junto a Peter Pan sobre la ciudad del Nunca Jamás. Ese cuento yo lo relataba de memoria a los cuatro años y que por lo bajo lo repito cada vez que hago el juego.
Pero esta vez me sorprendí preguntándome por qué me había acostumbrado a los vuelos al ras del suelo, si yo siempre he disfrutado de las aventuras que llevan al sol. Posiblemente necesitaba conocer el lado de la sombra. Creo que fue suficiente. Un rato después, de la mano del conejo de Splash Mountain, entendí que los seres sin alma quedan presos en sus propias trampas. La caída final, la del vértigo, aquella que cada vez me dejó empapada es también la que posee la virtud de ponernos a salvo. La caída es tan abrupta y fatal que permite resucitar en el tramo final. Repetimos este juego hasta el hartazgo para no olvidarlo. Los Piratas del Caribe han perdido su encanto. Ya no saben por qué luchan, presos del alcohol, las putas y las rayas. Su capitán, un estático y repetitivo muñeco parecido a Jack Sparrow (pero sin su encanto ni su ron, ni su parte IV que ya se está grabando...) repite una frase sin sentido mientras consulta su brújula que no lo lleva a ninguna parte. No sabe lo que quiere, ni a dónde va su vida. A ese lugar, desde luego, ya ha llegado. Nuestro amigo verdaderamente fiel, Buzz Lightyear´s nos ayuda en algunas de las lecciones finales. Los grises se combaten con pintura de colores. Yo soy apenas un cadete que recién comienza a aprenderlo, pero de la mano de mi Héroe Galáctico, el Capitán Marcurro, creo que terminaré siendo una experta.
Efectivamente lo que no logré con Buzz lo hice con honores en Men in Black. Será que va mucho mas conmigo aquello de tratar con extraterrestres que con muñecos, Y para ser sincera algo tienen los hombres que me rodean que borran todos los recuerdos, se implantan una nueva identidad, y se vuelven estúpidamente mundanos.
Creo que necesito un "neuralizador" para mí misma. Y sacarme las gafas de sol que protegen de los efectos del aparato. Olvidar no me es tan sencillo, reconozco. Next!
Voy volviendo a la realidad de todos los días, pero no me apuro. Apenas les cuento, a quienes me quieren, que estoy muy bien. Alegre, feliz y todavía... jugando.
Eso si, sin Pinochos Mentirosos en mi camino. ¡Dame un silbidito!
Etiquetas: disney, fantasía, felicidad, juego, magia, viajes
6 Comments:
Maravilla, Abril. Las fotos me traen el recuerdo de cuando yo fui a Disney París y creo que no es ni la cuarta parte de Disney Orlando. Así que se les ve felices y no me extraña que todavía estén jugando. El otro día fui a ver Toy Story 3 y me emocionó. Bienvenida y abrazos
Felicidades, linda Abril! Una maravilla jugar así con nuestros hijos. Porque es cierto, verlos felices a ellos nos hace felices a nosotras y disfrutamos como niñas también. Tus plantas ya se recuperarán y tus bloggers tendrán paciencia. Don't worry.
Lo mejor de la vida es ser feliz y, con tu hijo, más aún!
Te mando un besote y me alegro mucho por ustedes.
STEKI.
Alegre de verte bien y saber que tu ausencia fue por motivos de recreo.
Creo que la clave es la espontaneidad e identificar lo que limita esta cualidad (o sea se puede ser un adulto espontaneo).
El dolor es como el fuego que ayuda a malear nuestras durezas, pero el aprendizaje es constante y con una mente abierta a evolucionar es mucho mejor crecer siendo felices.
En cuanto a nuestras relaciones, siempre de pequeños detalles podemos sacar grandes conclusiones, que nos indican el camino a tomar.
Me quedo pensando en el jugar, que es algo que tengo olvidado.
Contento de verte bien y de regreso, un poquito se te extrañaba.
Acá paso silbando.
Me alegro muuuchoo por el viaje. ¡qué bueno!
Me alegro de que estés bien. Acomodate tranquila. Respirá.
No hay que olvidarse de jugar, nooo.
Beso grande.
Un regreso de campanillas y con muchos brillos. Bienvenida, amiga. Abrazos.
Hola Abril!... qué maravilla, qué bien lo habrás pasado en Disney!... geniales y divertidas las fotos. Saludos!
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