Después de la tormenta

El domingo la piedra golpeó con tanta fuerza que a pesar de que fueron pocos minutos los desastres fueron muchos. Sin duda los más afectados fueron los autos que dormían en la calle.
Esta mañana salí muy temprano y lamenté no tener la cámara conmigo. A la niebla espesa se sumaban las hojas, ramas, restos de material, vidrios, cables, y demás desparramados por calles y veredas... esta parte de la ciudad daba un aspecto espectral.
A media mañana, con el sol, todo lucía mejor. La imagen mas vista era la de la gente juntando hojas y ramas. Sobre los techos se evauaban los daños en las tejas. Cuadrillas se hacían cargo de los cables principales. La actividad era increíble de puertas afuera. Cerca del mediodía retornó la señal de cable e internet.
La ventana de mi baño deberá tener paciencia. Para mi desgracia en la vidriería la espera es de cuatro días... ¡A Abrigarse!