Mercado flotante
Simpleza en lunes.
Comienzos sin vueltas.
Comienzos sin vueltas.
Tengo días intensos de mucho trabajo y en esta mañana que me siento plena de energía quiero adelantar. Por eso, apenas, esta nota de color. De muchos colores. Cuando la ví me trajo el recuerdo de un amigo que decía: cuando hay un negocio evidente da lo mismo ponerlo en un sitio determinado o llevarlo a cuestas. Se refería a la innecesaria instalación de una oficina.
Verdad es que a veces condicionamos cantidad de proyectos a tener previamente esto, aquello y lo de más allá. Lo que suele terminar ocurriendo es que siempre "falta algo" y nunca terminamos de comenzar "aquello".
Propongo en la mañana que cada uno se arriesgue con su mercadillo flotante. Con lo que hay, en la simpleza de dar el primer paso, comenzar con la idea, sin listas de necesidades previas que retrasan hasta el infinito... Si realmente lo vale irá creciendo... y si no... simplemente seguirá su camino como un camalote más.
Estas Mujeres Indonesas no esperaron ninguna condición óptima para vender sus productos agrícolas en Río Martapura en Lok Baintan. Por eso... vamos con lo que tenemos...
Etiquetas: Instantáneas, internacional
5 Comments:
Tu mercado flotante me recuerda a muchos que vi en Asia, especialmente en Tailandia.
Pero aqui, lo mismo que en sudamérica, son mas habituales los mercadillos que, una vez a la semana, generalmente sabados o domingos, se mantan en calles y plazas de los pueblos. Se puede encontrar des ropa de marcas conocidas (falsificadas) hasta radios, relojes y, por supuesto, toda clase de alimentos. Yo suelo ir a un puesto ecológico y compro, de vez en cuando, una botella de licor de aguardiente. Es riquísimo.
Un beso
Una biblioteca flotante, por ejemplo? Abrazos.
Linda propuesta.
Acepto.
Besos.
Cuando estuve en España vi por la tele, en un programa que se llama Españoles por el mundo, justamente uno que vivía en Indonesia y mostraba este mercadillo navegando en una de esas barcazas. Pobre barcaza porque el muchacho era muuuuy gordito!
Beso y buena semana!
o más bien estas mujeres supieron reconocer las condiciones óptimas
Mi abuelo paterno en tiempos de mucha necesidad de trabajo, a finales de los treinta iba por las calles con su negocio a cuestas. Pregonero de su oficio ofrecía soldar ollas, tinas, afilar cuchillos, tijeras...
Hay una biblioteca flotante, no? Un barco-biblioteca que se llama Logos II, creo..
Un abrazo
Publicar un comentario
<< Home