Llueve y Huele
Es medianoche y ha comenzado a llover en Buenos Aires. Mientras entramos con Andrés los sillones del balcón para que no se mojen respiramos profundo el aire impregnado. El aroma a lluvia arranca en Andy una exclamación que me resulta de lo más graciosa por lo enfática: "¡Qué bueno que llueve!"
-¿Bueno por qué? ¿Tenés campos? -le pregunto divertida para ponerlo en aprietos. A mi también me entró alegría y ganas de jugar con el olor a tierra mojada y el ruido de la lluvia sobre plantas o árboles.
- No se, pero me gusta. -Me contesta sin hacerse mucha historia. Lo observo mientras respira hondo una vez más permitiendo que algunas de las gotas lo rocen un poco -y dan ganas de irse a la cama y agarrar un libro... -Ciertamente. A la cama de todos modos iremos porque es tarde. Y con libro antes de dormir es la costumbre instaurada desde la niñez.
Lo que Andy no sabe es que existen cantidad de teorías sobre por qué huele de esa manera tan particular cuando comienza a llover -todas están en la red- que van desde el estudio de la geosmina hasta la de los gases que el propio rayo generaba en su destello energético.
Qué bueno es muchas veces poseer la suficiente ignorancia que nos permita disfrutar con simpleza y exclamar ¡Qué bien huele el aire cuando llueve! sin caer en el truco infame de la mente de distraernos del placer que nos acaban de entregar los sentidos.
Voy por el libro.
-¿Bueno por qué? ¿Tenés campos? -le pregunto divertida para ponerlo en aprietos. A mi también me entró alegría y ganas de jugar con el olor a tierra mojada y el ruido de la lluvia sobre plantas o árboles.
- No se, pero me gusta. -Me contesta sin hacerse mucha historia. Lo observo mientras respira hondo una vez más permitiendo que algunas de las gotas lo rocen un poco -y dan ganas de irse a la cama y agarrar un libro... -Ciertamente. A la cama de todos modos iremos porque es tarde. Y con libro antes de dormir es la costumbre instaurada desde la niñez.
Lo que Andy no sabe es que existen cantidad de teorías sobre por qué huele de esa manera tan particular cuando comienza a llover -todas están en la red- que van desde el estudio de la geosmina hasta la de los gases que el propio rayo generaba en su destello energético.
Qué bueno es muchas veces poseer la suficiente ignorancia que nos permita disfrutar con simpleza y exclamar ¡Qué bien huele el aire cuando llueve! sin caer en el truco infame de la mente de distraernos del placer que nos acaban de entregar los sentidos.
Voy por el libro.
Etiquetas: clima, lluvia, naturaleza
3 Comments:
Las pequeñas grandes cosas de la vida. Abrazos.
100% de acuerdo mejor ignorar y guiarse por el propio censor,
porque de lo contrario podemos tener una teoria equivocada y aceptar contentos gato por liebre como sucede con el 80% que nos meten en la cabeza y nos han enseñado.
y, aún sabiendo, podemos hundirnos en el placer
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