El avaro
Un hombre muy avaro decidió vender cuanto poseía, convertirlo todo en oro y enterrarlo en un sitio oculto. Iba diariamente el tal avaro a visitar su tesoro, pero habiéndolo observado un vecino suyo, lo desenterró y se lo llevó. El desconsuelo del avariento no tuvo igual al ver que le habían robado, y comenzó a llorar y arrancarse los cabellos. Enterado otro hombre de la causa de su dolor le dijo:
- ¿De qué te servía un tesoro oculto? Coloca una piedra en su lugar, figúrate que es oro, y te servirá tanto como el tesoro verdadero del que nunca usabas. ¿De qué sirve poseer una cosa, si de ella no se disfruta?
Autor Anónimo
Etiquetas: cuento
3 Comments:
Pues también es verdad... Hay que disfrutar lo que podamos. Abrazos
Me encantaría tener lingotes de oro.
Disfrutaría de tenerlos en mis manos.
Quizas vendería uno y me compraría unos mocasines Grimoldi, una notebock Vaio o Commodore, una Guitarra Gracia, me alquilaría un estudio de grabación y unos musicos.
vendería 80 lingotes de oro y me compraría un campito (alcanzará???)
eso si un lingote lo tendría debajo de mi almohada y todas las noches dormiría arriba de él, tener otro en la mesita de luz no estaria mal, eso si sería cuidadoso con el resto de los lingotes, incrementarian mi tranquilidad.
Y yo diría:¿de que sirve poseer tantos tesoros - los dones/bienes no materiales que cada uno tiene, por ejemplo, capacidad de disfrute, alegría, solidaridad, saber expresar, saber amar- si no se comparten con los demás?
Por ahí el lingote lo tenés en la cama durmiendo a tu lado y/o lo tenés en un cuarto cerca y lo vez dormir.
Hay cosas que el oro no compra y que "tenemos".
Besos!
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