Luna llena de Noviembre

Las expresiones de admiración que nos convocaron fueron enmudeciendo hasta quedar todos en silencio, absolutamente hechizados frente a su figura circular emergiendo de las profundidades del Río de la Plata.

Blanca Reina Cósmica se elevó majestuosa sobre el agua, derramando con delicadeza un suave esplendor dorado, que fue plateando imperceptible. La luz parecía irradiar desde el centro mismo de su corazón. Se esparcía luego, serena, embelleciendo todo aquello que se rendía ante su presencia. Lo que en la tarde permaneció profundamente oculto fue develado. 

Hipnotizados por tan brillante aparición, envueltos en la energía de sus rayos sutiles, fascinados por esta luna llena de taurina vitalidad y seducidos por la vehemencia de su poder femenino, permanecimos un largo rato de pie, frente a ella, admirando su atractivo. Quién sabe también sanando con belleza alguna grieta del alma.

Hasta Urano, que últimamente se muestra de muy mal humor, quedó cautivado por tanta elegancia concentrada, y con sabiduría extendió su gratitud hacia el cielo. Al verlo así, absolutamente encandilado, pienso que, en esta noche apasionada, quedará flotando un aroma sensual convocando vehementemente la libido dormida.

A nuestro lado el Señor del Tiempo detuvo sus pensamientos; inmerso en el embrujo de su encanto. Fue un instante sin tiempo proyectado intensamente sobre la ciudad y sus habitantes. Sólo las almas elegidas lo notaron. Luego aprobó satisfecho con la cabeza al verla elevarse imponente, antes de que sus brazos la obliguen a comenzar a menguar. 

A partir de mañana.