Mamás del corazón

Buenos Aires se despierta celebrando a las mamás en su día. Y yo quiero amanecer abrazando en este post a dos amigas muy queridas que este año festejarán su maternidad junto a sus hijas del corazón. Porque ser madre es mucho mas que parir, porque el deseo intenso provoca imposibles, y porque finalmente cuando hay tanto amor dentro para dar aparece siempre quien lo necesita.

Mariel acunó a Martina a mitad de este 2009, pero junto a Maxi llevaban mucho mas tiempo esperándola con el alma. En un país donde todo es complicado y la burocracia está ciega frente a miles de niños que no tienen quien los proteja, los cuide, los bañe de cariño, de repente hubo una luz y llegó la bendita llamada anunciando la existencia de Martina.
Para Catalina Dios tenía preparada otra historia, porque la experiencia humana tiene esa diversidad tan enriquecedora que estremece. La misma mamá biológica, en un inmenso acto de amor, sabiendo que no podría hacerse cargo de la niñita buscó ella misma una mamá sustituta. Alguien que la cuidara y protegiera con el amor que ella en su infancia no tuvo.

Así la eligió a Maricel, que ya es madre biológica. Mi amiga, a quien conozco desde la adolescencia -les puedo asegurar que tiene uno de los corazones mas inmensos que conozco- no lo dudó ni un instante, acompañando a ambas en el parto. Ella recibió a Catalina desde el mismo momento en que asomó a este mundo.

En ellas mi homenaje a todas las mamás adoptivas que con valentía se atreven a abrir su corazón a una nueva vida. Porque finalmente todos somos uno. Y desde aquí pedir una vez más a las Autoridades competentes que agilicen y simplifiquen los trámites, asi como que erradiquen las mafias que trafican con chicos amparados por una legislación que todo lo complica. Mi hermano y su mujer esperan desde hace más de seis años que los llamen, cuando nuestro país está repleto de niños sin hogar.

A todas las mamis que eligen serlo de esta desprendida manera un muy, muy feliz día y todo mi amor. Mariel y Maricel... les dejo de regalo esta canción que Patricia Sosa compuso para su hija "linda nena". Las quiero. Mucho. Muchísimo. Que Dios las bendiga.