El Deseo de Silvina Garré

"Escuchen el deseo,
el propio -no el del disco-
para que nadie los mande".

Lo dice con muchísima emoción. Ha cantado hasta quebrar y sabe de lo que habla. Esperó casi doce años para llegar a este momento en que su nuevo material realmente nace de un deseo profundo. Que comienza a tomar forma cuando ocurre el reencuentro con Diego Clemente, músico y amigo.

-"Escuchen el deseo propio"- repite antes de irse definitivamente en el último bis. Vibra. Tiembla sola en el centro del escenario. Formula estas palabras como oración, levanta el brazo derecho, manda un beso y se va.

Nosotros nos quedamos sintiendo, esperando, viviendo cada acorde cantado, alimentando una vez más ese tiempo de ilusión que Silvina acaba de describir tan conmovedoramente con "La Era del milagro".



Los ojos llenos de lágrimas, la voz intentando preservarse de la emoción, el pasado respetado en los viejos temas, este presente tan dulce y sentido en los nuevos. Esto fue lo que sucedió el pasado viernes 29 de Junio cuando Silvina Garré presentó en ND/Ateneo su propio sueño "El Deseo".

El de volver a grabar canciones propias acunadas despacito en el tiempo, maduradas en el silencio del volverse para adentro para regresar renovada al afuera. Sólo de esta forma se explica que conectara de la forma en que lo hizo.


Fue el reencuentro de la Reina de Pueblo Grande con su público, desde el lugar de la creación. -"Tengo un julepe!"- dijo al ratito de haber empezado. -"Estás en casa"- le gritó alguien y ella sonrió agradecida. La Takamine parece gigantesca en sus brazos delgados como toda ella, tan etérea. Y un cabello largo y rubio que "vale su peso en oro" baila en cada acorde.

Por momentos se sienta en el escenario -"Soy chica de pub- se justifica- me gusta estar cerquita". Y nos regala así, íntima, una versión compartida por todos de "Diablo y Alcohol".



Este "Deseo" esquivo -"enérgico, huidizo, insatisfecho"- se siente desde lo profundo. "Corro para alcanzarlo/ cruzo pieles, olores...". Los atrapa una flauta que introduce esta partida del regreso, que no está en el video porque como Hammelin todos escuchábamos a Diego en silencio hipnótico. Recompuesta grabé esto:



"...y allí está mi deseo/animado, aniñado, provocándome"- continúa escribiendo Silvina en el poema que abre las páginas de su disco- "Seré tu espía y tu guardiana/ la más valiente de las fieras/ y construiré un refugio de alabanzas/ para que vivas."

"Seré el silencio que te nombre/ la tenue luz que invite a detenerse/ y construiré un hogar entre las ruinas/ para que vivas." S:G:



Y el deseo sobrevive. Porque, como ella repite entre tema y tema, encontró un equipo de trabajo que le impulsó a dar forma concreta a esas ganas largamente postergadas. Lo hace gestualmente cada vez que gira hacia atrás y los señala. O verbalmente cuando nos cuenta de los días en que Diego Clemente y ella llenaban servilletas con ideas y acordes que luego cobrarían vida.



"Ellos" son el grupo NAN que a acompañan esta noche tanto en lo musical como desde la actitud de entrega. A Patricio (Murphy)lo vemos más de una vez vibrando junto a sus cuerdas, los ojos húmedos, la sonrisa ancha. Jonatan (Szer) descarga sobre la batería, el cajón o la pandereta. Y Marcelo Pilotto suelta variedad de sentimientos en las teclas de su piano o acordeón, alternativamente.


Silvina les agradece, los convoca en el escenario, los agrupa para cantar, espera que se acomoden respetuosa disimulando esos tiempos de preparación, mostrándonos espontánea sus bucaneras negras -largas, imponentes- la falda negra semi transparente -"Me vine de princesa"- aclara.

Nos invita así a incorpor a sus músicos nosotros también, como si fuera natural que la voz que escuchamos en Canción del Pinar sea la de Diego Clemente junto a la de Silvina. O la nuestra cuando nos cede generosa el micrófono...



Los temas del nuevo disco conservan la intimidad que comparte las vivencias que nos tocan a todos. Las que anhelan "Los Buenos tiempos", las que nos recuerdan que siempre estamos "De viaje", el sentimiento de que algunos amores no podrán olvidarse jamás ("Dondequiera que esté" abre el show y es el primer bis, yo miro embobada y me pierdo de filmar porque me mata esta canción).

Las letras atrapan "Los besos", aquellos que encienden capaces de convertir en piedras preciosas a vampiros emocionales cuyo cerebro cabe en una nuez (ayyy, si sabremos de ésos!) y regresan con cariño a temas por siempre emblemáticos, como "Blanco y Negro".



Hay un espacio para Elis con el tema "E com esse que eu vou", bailado junto al público para que la bossa tenga un espacio aún cuando el tema no le pertenece ni forma parte del disco.



O "Monedas al aire" de Carlos Varela. Mientras lo canta me acuerdo de la primera vez que lo escuché, en "La Casona del Conde" (la verdadera, allá en la calle Honduras) en primera fila con mi amiga Maricel y vuelven a mí tantas cosas... Todo un pasado que ha quedado detrás gracias a que el milagro se ha producido.



Como "El Deseo" apenas ha comenzado le preguntamos a la salida mientras nos firma los CD -editados por Acqua Records- cuándo y dónde continuamos. La fecha ya está fijada: Jueves 19 y 26 de Julio a las 22.00 hs en el Torcuato Tasso, Defensa 1535, Parque Lezama, San Telmo (4307-6506).



Ahí nos vemos.