Bello Abril

Nos pasan tantas cosas en la vida, que si aparece el sol hay que dejarlo pasar... Abril, otra vez, para que no tengamos soledad. Y las violetas que coronan tu tristeza y las guirnaldas de tu inmensa soledad sos tan hermosa que jamás vas a dejar de brillar así aquí o allá... Sos parecida a los planetas que se mueven por ahí que no podés parar ya nunca de girar... Para que no tengamos soledad... para que no tengamos nunca más soledad... Fito Paez.

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Nombre: Abril Lech
Ubicación: Buenos Aires, Argentina

miércoles, julio 27, 2005

Aquelarre

Definitivamente el 27 tuvimos AQUELARRE en casa, gracias a Pia.
Y a Carito que organizó todo.
Creo que pasaron más de 16 años desde que ví a Pía por última vez, antes de que se marchara a vivir a Mendoza.
Hoy regresó de la mano de Caro. Si hubiéramos ubicado a Liz el trío estaría completo y en paz... ¿La próxima?
Todo fue algo rápido e improvisado, pero tal vez por eso, al ser pocas... Tuvo la intimidad que permite contarse desde el corazón los últimos meses en que no nos vimos...
Y sucedió lo que inevitablemente ocurre cuando hay velas, luces bajas, músiquita y confesiones: nos reimos, nos enojamos, nos emocionamos, curioseamos, opinamos, decretamos, preguntamos, cuestionamos, extrañamos...
Pía fue la alegría del reencuentro, el reconciliarse con el recuerdo equívoco de su voz (en mi caso), la dulzura como constante en su piel o en su relato. Serena inmensamente. Ventajas de la Provincia.
Silvina se abrió por entera en la congoja de la pérdida reciente de su amiga. No supimos cómo ni qué. Sólo escuchamos en silencio.
Maricel floreció luminosa cuando nos contó que estaba enamorada. Los detalles sólo suman a los mimos y cuidados que resbalan esta vez desde temprano en la mañana, cuando la busca para caminar. Algunas pidieron lo mismo. Dificil.
Susana, muy discreta, empezó a trabajar y se queda en Baires. Prometimos mutismo y sigilo. Ignoro si todas serán capaces.
Gabi dejando atrás los huracanes recientes, nos devolvió el glamour, algo perdido en esta casa en proceso de austeridad creciente.
La negra, posiblemente emocionada del reencuentro con Pía, casi no habló esta vez.
Quería postear foto mediante.
Pero no encuentro el puto cablecito que conecta la cámara con la PC y esas cosas. Cuando lo encuentre va foto.
Y ya no se si queda alguien...
Cecilia
Y así debe ser porque hay momentos en que unas hablan y otras callan y viceversa.

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