Bello Abril

Nos pasan tantas cosas en la vida, que si aparece el sol hay que dejarlo pasar... Abril, otra vez, para que no tengamos soledad. Y las violetas que coronan tu tristeza y las guirnaldas de tu inmensa soledad sos tan hermosa que jamás vas a dejar de brillar así aquí o allá... Sos parecida a los planetas que se mueven por ahí que no podés parar ya nunca de girar... Para que no tengamos soledad... para que no tengamos nunca más soledad... Fito Paez.

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Nombre: Abril Lech
Ubicación: Buenos Aires, Argentina

viernes, diciembre 02, 2005

Mandó a guardar

El lunes 28 de Noviembre Laurie presentó junto a otros poetas una nueva antología de alguno de sus poemas. Leer a Lau no es tarea fácil. Ella asume que el lector repondrá el contexto que no se explicita con sus propias vivencias. Y esto, en una época en la que todo viene tan servido, masticado y deglutido, es algo raro de ver. Porque la poesía con aroma Verde Laurel obliga a pensar, a recordar, a situar la emoción en partes de la vida propia, a no saber nunca si uno roba de las palabras de la autora situaciones que fueron semejantes a las que las inspiraron o si lo único en común es la sensación, emoción o conmoción que quedó como efecto. Esto convierte su poesía en un ramillete universal de imágenes que asocian sentimientos, convocan recuerdos e inspiran momentos.

Entre todos yo escojo este para compartirles porque me conmueve profundamente, me moviliza-eriza desde el alma hasta los pies y porque tiene la fuerza del dolor entumecido. Se llama “Mandó a guardar” y comienza con un pequeño texto que reza:

“Al pie de la denuncia la dicente ratifica y suscribe: estos ojos no son míos. Sobreborrado Vale.”

"Destrozada te quiero ver, hervir en deshechos.

La piel a gajos, desparramada, y la maraña de pelos ocultando el lado

violeta

de la cara,

el cuello,

el vientre.

Seccionar tu osamenta,

crujiente, bajo la presión de mis manos.

Desmembrarte quiero, a la altura de codos y hombros.

Lanzarte acicate dorsal en medio de las clavículas.

Estampa,

aplastamiento,

rebote.

Extraerte quiero, a mordiscos

los lóbulos,

la lengua,

las uñas.

Ensañarme en el aliento de los insultos,

exhalar vahos de odio en proximidad amenazadora.

Punzarte la belleza,

lacerar tu maternidad,

enraizarte bajo mi pie.

Quiero ensimismarte en mí.

Aturdirte de la necesidad que me impera.

Treparme a horcajadas para hundirte.

Cargá con mi presión hasta que las vértebras te inclinen.

Ahogarte en los vacíos de lo que esperabas de mí.

Quiero extirpar tus deseos,

encastrarte,

y que el ardor genital ejecute la erección

en venganza infantil.

Así hasta no verte.

Quiero."

María Laura García Elorrio

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