Vuela alto

Ganamos el premio por hacer volar nuestro cometa (barrilete para nosotros en Argentina) más alto que el resto de los concursante. Mi papá -el experto-, mi hijo menor y yo. Durante unos minutos tocamos el cielo con las manos... bah, con nuestro barrilete. El verdadero premio fue el momento inmenso que pasamos juntos.

La felicidad es eso. La suma de pequeños grandes momentos de disfrutar la vida, esta maravillosa experiencia humana que nos coloca junto a seres que aprendemos a amar y permitir que nos amen, y con quienes vamos compartiendo instantáneas de alegría.

Luego el cometa se perdió en el cielo, alejándose hacia el mar. Lo soltamos para permitirle que vuele hacia lo alto. La felicidad en cambio quedaba aquí, adentro, en el alma.