Pedal e Ando
Que hoy al mediodía ibas por el medio de la calle Superí, cerca de la salida a General Paz, subido a bordo de tu bici, pedaleando canchero hacia atrás, sin tocar manubrio, con un perro a cada lado.
A VOS.
Que me sonreíste amistoso y sencillo cuando nos cruzamos . Vos orgulloso en tu reino giratorio de intemperie. Yo abrigada en la calefacción del auto.
Ciclista ignoto que bajo tu gorro de lana pudiste leerme dos segundos, acomodarte sobre mi curiosidad, dibujar tu barba por sobre mi asombro y regalarme una sonrisa rubia.
Que diste por sentado que iba a seguir tu paso alejándose por el espejo retrovisor y sin girar me levantaste la mano a modo de despedida casi hasta perderte.
Que vas saludando por la vida y repartiendo fugaces momentos especiales, este post, la renovación de mi sonrisa anterior y un enorme ¡GRACIAS!
Porque la gente como VOS
capaz de inventar fugaces instantes
mágicos, son los que en el día
hacen la diferencia.
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