Libros a la deriva
"Bloqueo a las importaciones." es el título del comunicado de la Cámara Argentina del Libro (CAL), una de las dos entidades que agrupan a quienes comercializan y venden libros (la otra es CAP, que reune a Artes Gráficas Rioplatense, Cúspide Libros, Grupo Santillana, Editorial Signar, Grupo Ilhsa, Editorial El Ateneo, Grupo Editorial Planeta, Kapelusz Editora y Tinta Fresca, entre otras) que alertó a los socios la restricción al ingreso de libros y material de estudio.
Muchos de los cuales están varados en el puerto, aún dentro de los barcos, a la espera de una decisión al respecto: dejarlos ingresar o... reportarlos a sus países de origen.
El problema se plantea toda vez que muchas empresas editoriales imprimen parte de sus trabajos en el exterior (Chile, Uruguay y hasta China) en parte por los costos y en parte porque el mercado local no tiene la capacidad necesaria para observar todo el trabajo existente.
Según una publicación digital Guillermo Kliczkowski, dueño de Nobuko , que vende libros de arquitectura y diseño que se editan en España, e integrante de la CAL, afirmó que la medida era una locura y sólo propiciaba un aumento en la compra virtual (concretamente citó a Amazon.com) en detrimento de la publicación escrita que se comercializa en el país.
En un momento en que la existencia del libro en papel ya está en problemas con la piratería y la distribución gratuita o por un costo irrisorio del libro digital, una medida como esta lejos de impulsar la industria nacional del libro la perjudica.