Ángel de la Guarda

"Ángel de la Guarda,
dulce companía,
no me desampares
ni de noche ni de día.
Hasta que descanse en los brazos,
de Jesús, José y María"
(No me dejes solo,
que me perdería)

Alguien me dijo ayer que hoy se celebraba el día del Ángel de la Guarda, algo que yo ignoraba completamente, a pesar de que desde el año 1608 el Sumo Pontífice extendió a toda la Iglesia universal la fiesta de los Ángeles Custodios y la colocó el día 2 de octubre.

Con mi madre sentada en alguna de las camas, desde que que yo recuerde, rezábamos junto a mis hermanos la oración que abre el post. En nuestro cuarto colgaba, frente a mi cama el cuadro que ustedes ven.

Recuerdo que lo miraba largamente y me llamaba mucho la atención cómo el Ángel cuidaba sin interferir. Si se fijan nadie quita a los niños de ese lugar, simplemente se cuida de lejos que nada les suceda. Eso me parecía lo mejor de ese ángel que no retaba ni se metía a molestar a los niños. Amaba esa imagen.

Con los años el cuadro pasó al cuarto de mis hijos y la oración la rezamos juntos desde que son tan chiquitos como lo era yo cada noche. Aún con los adolescentes.

Me gusta conservar esta tradición que nos regaló mi madre, como el último gesto de amor antes del beso de las buenas noches a mis hijos, como un pequeño momento de agradecer el día y pedir en voz alta, y como un momento de intimidad profunda que sé, por experiencia, ellos no olvidarán cuando crezcan.

Orígenes, el sabio del siglo II, decía que Dios nos designa a cada uno un ángel para que nos guie y nos proteja. De los ángeles hablan los Salmos (90) "A sus ángeles ha dado órdenes Dios, para que te guarden en tus caminos". En la frase de Jesús que dice: "Cuidad de no escandalizar a ninguno de estos pequeñuelos, porque sus ángeles están siempre contemplando el rostro de mi Padre Celestial".

San Bernardo en el año 1010 hizo un sermón muy célebre acerca del Ángel de la Guarda, comentando estas tres frases: Respetemos su presencia. Agradezcámosle sus favores. Y confiemos en su ayuda.

Yo les aseguro que hoy ha sido el día más afortunado de todo el año, al punto tal que no me animo a irme a dormir. Y con toda mi fe no puedo dejar de maravillarme cómo hoy tantas cosas se solucionaron de una manera angélica.